I´m just a little
person
One person in a sea
Of many little
people
Who are not aware
of me
Little person, Jon
Brion.
Con
cada final viene una reflexión. O por lo menos eso nos ha enseñado la historia
de la humanidad. Vemos que esto sucede en las películas, en las novelas, en los
cuentos, en las clases de los maestros más chidos, cuando viene un divorcio,
cuando mueren los padres de tus amigos, cuando uno se atreve a dejar las zonas
de confort.
Descubrí
lo difícil que es ser libre, honesto y responsable, sobre todo con uno mismo.
Eso de ser congruente y nunca violentarse no es tarea fácil. Para nadie. Llevar
a cabo ejercicios de verdades implica demasiado esfuerzo. Se requiere de mucho
valor, tiempo y dedicación para estar de frente y a la vez no estar lejos o
ausente.
Sé
que no debo temerle al movimiento. Ni al vaivén de los demás. En estos 365 días
hice y deshice tal y como quise. Tuve cientos de preguntas, dudas, y
afortunadamente, muchas respuestas. Mi pequeña existencia tuvo muchos nortes,
sobre todo en el corazón y en mi cabeza loca. Baile, eché mitote, siempre
incansable. Si hay algo que ahora disfruto es el movimiento de todo mi cuerpo,
a pesar del ritmo que haya, me muevo justo como quiero. Y no olvido la
necesidad de confrontarse a diario, aunque duela.
*Ale
regresó después de casi un año. Durante todo ese tiempo nadie sabía si había
llegado a su destino. No sabíamos si estaba bien. Yo llegué a pensar que su
adicción lo había acabado. Todos en casa lo critican y juzgan, su madre, mis
padres, sus hermanos. Lo señalan por su adicción. Para mí, ha sido el más
valiente de todos nosotros. Es el que habla siempre desde el corazón, fuerte y
con dolor, pero bien claro. Habla sin tapujos ni pelos en la boca. Nunca lo
hace con la intención de lastimar a nadie. De todos los que integramos esta
familia disfuncional que avanza a marchas forzadas es el único que busca hablar.
Tal vez sea por eso que lo señalen tanto, tal vez sea el único capaz de
enunciar y asumir todo lo culero que vivió mientras estaba en casa. Tal vez sea
el único que en realidad busca ser feliz.
Su
llegada fue el mejor regalo que pude tener este año. Somos los únicos que
hablamos de nuestros temores, sueños, frustraciones, alegrías, amores y metidas
de pata. Al parecer somos los únicos que buscan desprenderse de este hogar tan
tóxico.
Esta
es la primera foto que volvemos a tomarnos juntos después de casi 12 años, con
la promesa de nunca abandonarnos, pese a todo.*