12 de enero de 2012

Sustancias invisibles



“La ternura es encariñamiento con lo que hacemos y lo que somos, es deseo de transformarnos y ser cada vez más grandes y mejores. Por esto, ternura también es exigencia, compromiso, responsabilidad, rigor, cumplimiento, trabajo sistemático, dedicación y esfuerzo, crítica permanente y fraterna”.
Dr. Carlos Medina Gallego

Estamos constituidos por docenas de ellas; flotan en nuestras cabezas, se cuelan por las arterias, emergen de nuestros cuerpos constantemente. Hace poco leí una ponencia de un investigador colombiano sobre la “Gramática de la ternura” sí, esta actitud y modo de vida posee una bella y a la vez complicada esencia. Jamás la había pensado como una sustancia invisible, y al terminar de leerlo en realidad comprendí porqué se necesita ser muy valiente para asumirse como alguien tierno.

Me di cuenta que tiendo a inclinarme por esta sustancia para seguir creciendo. Se necesita no tener miedo a quedar completamente desnudo ante el “otro”, puede ser un extraño o incluso nuestros amigos más cercanos. No es que sea cursi, ni sosa, y mucho menos débil. Me considero una persona fuerte, una chica fuerte. Tiendo a crear lazos, aunque algunos no fueran necesarios, ahí estaba. Gusto por escuchar lo que los otros tienen que decir, me erizan la piel los silencios compartidos, siempre hay algo en ellos que me asombra, que me aterra. Incluso cuando comparten sus demonios el camino se hace más ligero; al final, la complicidad resulta no ser incómoda. Y en realidad preferiría seguir alimentando esta sustancia, pero leer este estudio me hizo pensar en el montón de otras que escupimos e ingerimos a diario. Hay una en particular que ha estado más viva y luminosa el último año. He experimentado una tremenda adicción por ponerme en riesgo, aunque la verdad es que no soy adicta a la adrenalina causada por las situaciones límite. Me provoca satisfacción ponerme a prueba. De la mayoría he salido bien librada, he aprendido, me he comprendido. Pero no puedo evitar verme tentada por los caprichosos bordes, mis pies tientan las arriesgadas orillas, juegan con las piedras que se hallan alrededor y me atrevo a mirar el fondo, donde sé que aguardan pacientes las rocas más grandes y afiladas. Esta sustancia no me gusta tanto como la ternura, por eso estoy haciendo lo posible por salvaguardarme, y no darme de más o con las personas equivocadas. 

Aún estoy saboreando lo que esta peligrosa sustancia (que todavía no sé qué es, que no puedo nombrar, pero puedo explicar) me ha dejado. Ella, tiene mucho por develar. Así que por lo pronto sigo escogiendo a la ternura, a esta forma de entregarse, capaz de crear y compartir musas de mi otredad. Donde se es libre, donde pueden hablarse sn temor el uno al otro. Y sí, soy lo suficientemente valiente para asumirme como una mujer muy tierna. 


¿evidente?, MOMA, NYC, Nov 2011
*En la pic: Todos los que gozamos tener un Dalí de frente tuvimos que mirar más de cerquita. ¿Cómo se descifra el mundo de los sueños? ...Yo también vi por ahí hermosos Rinocerontes ;)

No hay comentarios:

Publicar un comentario