11 de marzo de 2012

Principiantes


El paisaje. Exposición Dr. Atl. Febrero 2012.

El paisaje: “Para el citadino, el paisaje no existe” Dr. Atl

Hago uso de mi memoria, y recuerdo que desde pequeña me gustaba echar la mirada pa´rriba. Si mal no recuerdo (y espero mi cerebro no me juega una mala treta) buscaba figurillas en los algodones de azúcar que se pasean justo arriba de nosotros. Siempre creí que el cabello de mi abuela Socorro estaba elaborado del mismo material; su cabecita siempre fue un algodón blanco muy dulce.

Todavía hoy, a mis 27 años sigo buscando maravillada en lo alto. Mi amá sigue diciendo que un día me voy a romper todito el hocico por no andar viendo el camino. Pero no puedo evitar verme conmovida siempre por ese cielo. Ése que siempre está moviéndose, probablemente de los pocos que sabe lo que es el tiempo.

Eso he estado haciendo los últimos dos meses de mi vida. Me he visto intranquila por el transcurrir del tiempo, por lo hecho y no hecho; me aferro a enganchar a la memoria, mi memoria. Mi abuelo fue el que me hizo enfrentarla y comprenderla de otra manera; con su falta de memoria. Cada vez repite más, una y otra vez la misma cosa, comienza a olvidar experiencias y detalles. Su mirada es más triste, se pierde, se nos pierde. Se nos va.
Y debo confesar que siento culpa y miedo. Antonio, quien fuera mi cómplice durante muchos años, mi alcahuete, mi compañero de escondidillas, carreras y maromas. Ahora él se va desvaneciendo. Y dejamos que eso suceda. Nos atemoriza el saber que morirá. En realidad no sabemos con seguridad cómo comportarnos; me enoja esa distancia, pareciera que lo excluimos, más bien, creo que no lo comprendemos. Tanta es nuestra incapacidad emocional que el alejamiento y el olvido se hacen presentes. Temo olvidarlo, y mucho más aterrador, temo que Antonio me olvide.
“Sólo para los humanos es difícil morir” aseguraba Norbert Elias. Desde la muerte de mi abuela, este suceso natural no se había manifestado tan estruendosamente. Pasaron trece años para recordar que Elias tiene razón; y no lo digo sólo por mi abuelo y su soledad, lo nombro por los miles de cadáveres que evidencian nuestra decadencia como sociedad, como humanos.
He comenzado un duro ejercicio (aunque en realidad ahora que lo pienso llevo más de un par de años llevándolo a acabo), es áspero, porque no todo lo que resulta de ello es agradable, por lo menos no a primera vista. Mirar al otro, reconocerlo e identificarlo es lo que me preocupa. Mi abuelo, los más de 70 mil muertos (léase los insensiblemente llamados daños colaterales), mis padres, mis amigos, los *extraños*; llevan a cabo una lucha como la de los gladiadores en la Antigüedad. Y con urgencia debemos recuperar nuestra capacidad de identificación con los otros, con sus sufrimiento, con su muerte. Dejar de ser espectadores y enfrentar el hecho de que todos estamos librando la misma batalla. 
"Antonio el callejero"
Los cielos de San Luis. Noviembre 2011.

6 comentarios:

  1. The beat goes on...qué rola tan simple. Así como el tiempo.

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  2. Lo simple siempre va bien...

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    1. Sí, me agrada la sensación de ligereza. La carga, la complicación; el humano siempre creando madejas innecesarias. Lo bueno y que por ende nos trae alivio es encontrar"el hilo" para empezar a destensar.

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  3. Volar ligero para llegar mas alto...

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  4. «La nostalgia Es viVir sin rEcordar de que palabras fuimos inventados» Giovanni Quessep
    De verdad que grata sorpresa leerla. Me encanta la manera en como maNEJas la p a l a b r a!
    Un abrazo y muchos atardeceres como los de acá ;-)

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    1. "Es viVir sin rEcordar" "EVE" procura nunca olvidar las palabras que le han dado sentido y significado a su mundo. Soy de esas personas que se la juega de a todo y con todo a través de sus palabras.
      "Estuvo lindo mi Aarón"
      Gracias por leer y sí, muchos atradeceres como los de tu bello San Luis.

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